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Fin de siglo

¡Avanza humanidad! Tu vasto imperio
explica la razón de tu optimismo;
no te espanta en el borde del abismo
de terribles problemas el misterio.

Del dolor bajo el rudo cautiverio
tienes como refugio el alcoholismo:
sus tragedias te brinda el anarquismo,
sus romances de amor el adulterio.

¡Avanza! que si el mundo se desquicia
en honor del derecho y la justicia,
marchas A conquistar la paz... armada.

Y la ciencia, admirable y bendecida,
te da tras los tormentos de la vida
el horrible consuelo de la nada...

Adela Zamudio

Nacer hombre

¡Cuánto trabajo ella pasa
por corregir la torpeza
de su esposo, y en la casa,
(permitidme que me asombre). tan inepto como fatuo,
sigue él siendo la cabeza,
porque es hombre!

Si algunos versos escribe,
de alguno esos versos son,
que ella sólo los suscribe
(permitidme que me asombre).
Si ese alguno no es poeta,
¿por qué tal suposición?
porque es hombre.

Una mujer superior,
en elecciones no vota,
y vota el pillo peor
(permitidme que me asombre).
Con tal que aprenda a firmar
puede votar un idiota,
porque es hombre.

Él se abate y bebe o juega
en un revés de la suerte:
ella sufre, lucha y ruega
(permitidme que me asombre)
que a ella se llame el «ser débil»
y a él se le llame el «ser fuerte».
porque es hombre.

Ella debe perdonar
siéndole su esposo infiel;
pero él se puede vengar
(permitidme que me asombre)
en un caso semejante
hasta puede matar él,
porque es hombre.

¡Oh, mortal privilegiado,
que de perfecto y cabal
gozas seguro renombre!
En todo caso, para esto,
he ha bastado
nacer hombre

Adela Zamudio
boliviana