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Amante legato

Aquí el legado
de amor lesionado
que yo aún guardo:
de Cloris fue dardo,
trenzada cadena
que ejecuta cruel
mi amarga pena.

Cloris amorosa
no sëas vergonzosa,
deshaz mi condena;
mira que yo muero,

ayúdame pronto
querido lucero.

Sin esperanzas suspiro,
lentamente te miro;
cantando mi dolor
espero rezando
que otra mirada
reencienda piedad
en mi alma gastada.

Cloris amorosa
no sëas vergonzosa,
nutre, oh, piadosa,
a quien tiene hambre:
sirve presurosa
con tu dulce sangre.

Ya que tu partida
me niega la vida,
su duelo tan fuerte
me lleva a la muerte.

¡Por dentro y fuera
me quema aprisa,
me quema entera,
aun oír tu risa!
mi alma quisiera
poder ya no sufrir;
oh, muerte, ven pronto
que ya quiero morir.

Biagio Marini

Traducción de Jorge Luis Pérez

Invito à l’allegrezza

¿Te irás?
nunca más
quiero llorar
ni suspirar.
De mis cántaros
brote amargo
al pasear
secarás;
del malsentir
quiero huir.

Grato abril
juvenil
flor amena
sempiterna,
la desgracia
tornas gracia,
mi dolor
en amor,
haces canto
de mi llanto.

Biagio Marini

Traducción de Jorge Luis Pérez

Allegrezza del nuovo Maggio

(Fragmento)


Desde cuando la aurora
con heraldo de oriente,
bello sol que todo dora
con su rayo reluciente,
la transmute transparente
veremos a Parma pasear
e iremos a mayo cantar.

Desde las azules ondas
das tu claridad contento
y oímos tras las frondas
trinos de claro acento;
ora que el áspero viento
se rindió con desmayo
vamos a cantar a mayo.

Biagio Marini

Traducción de Jorge Luis Pérez

Donna che loda il canto di bellisimo Giovanetto (Novello Cupido)

Pueril has sido, debutante Cupido,
tus ojos son dardos dolientes que traen
mil muertes diarias al corazón mío,

y cual sirena mi alma encadenas
en cantadas miradas que me lanzaste
certeras para que el corazón hieras.

¿Cuándo estarán en paz mis luces sanas,
si tu faz mi herida alma ofende,
me consume, me incendia, y y me mata?

De tus ojos me guardo,
detenlo a tu dardo;
si no estás desnudo
eres feroz y crudo
ahora conmigo;
ingenuo Cupido,
en ti he creído.

Pueril has sido, debutante Cupido,
tus ojos son dardos dolientes que traen
mil muertes diarias al corazón mío.

Biagio Marini 

Traducción de Jorge Luis Pérez