How was she?

The door, clear. Soft and silently she came.
Not material, nor spirit. With her
she carried the light tilt of a ship's frame
and the young light of a clear day's glimmer.

Neither of rhythm nor of harmony,
nor made out of colors. The heart knows her,
I can't tell you how she was, earnestly,
because she shows no form, nor forms show her.

Tongue, incompetent chisel, mortal clay,
leave alone the flower that's the notion
on this, the clear eve of my wedding day,
and sing softly, humbly, with devotion

the sensations, the shadows, the events,
while within her my entire soul relents.

Dámaso Alonso
Traducción de Jorge Luis Pérez Armijos

Hymeneal ballad

Emily, from our time in La Rochelle
I've felt that part of my life is settled,
since within you I've found my other half.
Now, in front of those that have loved you best,
I promise to keep lit my devotion
throughout my days, be they cold or rainy,
through my afflictions, in health –if it comes–,
and, if I can, all through night eternal
just to kiss you and to hold you again.

Jorge Luis Pérez Armijos
guayaquileño; 1987

Así la quiero

Ha de ser la mujer que yo prefiera
sublime musa que mi canto inspire;
la que sepa mirarme cual la mire,
la que sepa quererme cual la quiera.

Ha de amoldarse a mí de tal manera,
que al par que yo respire, ella respire;
que cuando yo suspire, ella suspire
y si muero de amor que de amor muera.

Que abrace con pasión cuando la abrace,
que me rechace cuando la rechace,
que ni me infiere ni la infiere agravio;
que la interese cuando me interese,
¡que bese el labio cuando el alma bese
y bese el alma cuando bese el labio!

Antonio Reglero Soto
español

Una casita de tosca piedra

Una casita de tosca piedra
junto a la margen de un manantial
donde florece la verde hiedra
do enamorado canta el turpial.

Un manso lago de blanca espuma
en cuyas ondas de azul color
boguen las cisnes de nívea pluma,
al son de remo del pescador.

Un cielo limpio lleno de estrellas
desvaneciendo la oscuridad;
suaves perfumes, músicas bellas,
y allá, a lo lejos, la tempestad.

Sobre mis labios tus labios rojos,
un solo pecho de nuestros dos,
juntas las manos, cerca los ojos,
y nuestras almas cerca de Dios.

Visto en Herencia, 1895, de Clorinda Matto de Turner– https://archive.org/details/herencianovelap00turngoog/page/n197/mode/2up?

Según un testimonio de Narciso Garay citado en el ensayo «Santos Cifuentes (1870-1932): la profesión de musical en Colombia en las dos primeras décadas del siglo XX» de Egberto Bermúdez, en el libro La hegemonía conservadora, 2018, editada por Rubén Sierra Mejía, p.239, es un poema de Carlos Tavera Navas, bogotano.

¿Cómo era?

La puerta, franca. Vino queda y suave.
Ni materia ni espíritu. Traía
una ligera inclinación de nave
y una luz matinal de claro día.

No era de ritmo, no era de armonía
ni de color. El corazón la sabe,
pero decir cómo era no podría
porque no es forma, ni en la forma cabe.

Lengua, barro mortal, cincel inepto,
deja la flor intacta del concepto
en esta clara noche de mi boda,

y canta mansamente, humildemente,
la sensación, la sombra, el accidente,
mientras ella me llena el alma toda.

Dámaso Alonso
español

Con todos los corazones,

Con todos los corazones,
ya enterrados, que me amaron,
frío, entre oscuras angustias,
me siento un poco enterrado.

Con todos los corazones,
gloriosos ya, que me amaron,
ardiendo en oro, me siento
un poco transfigurado…

Juan Ramón Jiménez