LXIV

Como guarda el avaro su tesoro
guardaba mi dolor;
yo quería probar que hay algo eterno
a la que eterno me juró su amor.

Mas, hoy lo llamo en vano y oigo al tiempo
que lo agotó, decir:
—¡Ah, barro miserable, eternamente
no podrás ni aún sufrir!

Gustavo Adolfo Bécquer
español; 1830 - 1870