Tengo dentro de un herbario
una tarde disecada,
lila, violeta y dorada.
Caprichos de solitario.
Y en la página siguiente,
los ojos de Guadalupe,
cuya color nunca supe.
Y una frente...
Calidoscopio infantil.
Una damita, al piano.
Do, re, mi.
Otra se pinta al espejo
los labios de colorín.
Y rosas en un balcón
a la vuelta de una esquina,
calle de Válgame Dios.
La plaza tiene una torre,
la torre tiene un balcón,
el balcón tiene una dama,
la dama una blanca flor.
Ha pasado un caballero,
—¡quién sabe por qué pasó!—,
y se ha llevado la plaza
con su torre y su balcón,
con su balcón y su dama,
su dama y su blanca flor.
Malos sueños he.
Me despertaré.
Me despertarán
campanas del alba
que sonando están.
Antonio Machado
español
Tengo dentro de un herbario