La vieja ve a la luna cual una chica casta,
al sol cual poeta. El verano, donde somos
en las piedras brasas, y el aire torna plomo,
y las finas camisetas a la piel engasta,
es cual una señora (Tremebunda o Grueso)
que sobra tanto que es de la luz sombrero
pero un poco más redondeada que un Botero,
que ya saborea su tranvía desde lejos.
En cuanto este se acerca ella con dos manos
se prende a los tiradores, esfuerzo inhumano,
y ya desde la plataforma se abalanza,
sin embargo, sólo un pie al peldaño calza.
Son pocos: dos niños y uno de Belver de Cinca
que rescatando su pierna adentro la izan.
Josep Carner
español; 1884 - 1970
Traducción de Jorge Luis Pérez