Deja a las turbas revolver audaces
de tus limpias acciones el tesoro,
buscando con qué herir de tu decoro
la austera dignidad.
que ni la envidia ni ambición cobarde
dentro del pecho generoso abrigas,
ni los favores pérfidos mendigas
del aura popular.
Tú que del bien por la espinosa vía
firme, tranquilo, imperturbable avanzas,
y tus nobles y grandes esperanzas
en el estudio ves;
alta la frente, el ánimo sereno,
fija la vista al porvenir soñado,
irás contra los golpes escudado
de la pasión soez.
Irás, aunque se crucen a tu paso
los escollos que el mundo opone al bueno,
aunque apures la copa de veneno
que es premio a la virtud.
que allá, como fanal que alumbra y guía
tras de las nieblas del presente oscuro,
brilla en los horizontes del futuro
del ideal la luz.
¿Qué son a la conciencia del honrado
los aplausos o el odio de un momento?
Rumores que se pierden con el viento
sin eco y sin valor.
Sólo perdura en brillo permanente
de la verdad la antorcha peregrina,
y tú vas, como a luz que te ilumina,
de la verdad en pos.
Salomé Ureña de Henríquez
dominicana
de: https://www.airesdelibertad.com/t29296p50-salome-urena-de-henriquez