Soneto imitando a una oda de Safo

¡Feliz quién junto a ti por ti suspira,
quién oye el eco de tu voz sonora,
quién el halago de tu risa adora,
 y el blando aroma de tu aliento aspira!

Ventura tanta, que envidioso admira
el querubín que en el Empíreo mora,
el alma turba, al corazón devora
 y el torpe acento, al expresarla, expira.

Ante mis ojos desaparece el mundo
 y por mis venas circular ligero
el fuego siento del amor profundo.

Trémula, en vano resistirte quiero...
de ardiente llanto mi mejilla inundo...
¡delirio, gozo, te bendigo y muero!

Gertrudis Gómez de Avellaneda
cuabana

de: https://www.poesi.as/gga160.htm