Me convertí en pupila indagadora
clavando mi pregunta en el arcano,
a manera de flecha tentadora
lanzada por un arco soberan.
Se anunció Apolo. Fulguró la aurora
llena de pompa y esplendor pagano;
gocé su claridad confortadora
y hablóme con su trueno el océano.
Jesucristo, Moisés, Mahoma, Buda,
me sumieron de súbito en la duda
pero seguí con la pregunta, fijo,
y el Todo, al compensar mis ansias locas,
me quiso contestar por tantas bocas
que no pude entender lo que me dijo.
Luis Palés Matos
portorriqueño