La espiroqueta pálida

Era una hermosa espiroqueta pálida
que enloquecía al mundo microscópico
con sus andares de  muchacha tísica
y con sus ojos de color cianótico.

Cuando paseaba su figura exótica
los leucocitos se ponían eróticos
y le lanzaban piropos linfáticos
arrodillados sobre sus pseudópodos.

Pero la hermosa espiroqueta pálida
nunca escuchaba los mononucleótidos
ella soñaba con un ser utópico
que alborotara sus zonas erógenas.

Por eso un día de memoria trágica
abandonó este mundo microscópico
enamorada de un tipo estrambótico
que resultó ser sólo un antibiótico.


Alejando García Villalón, Virulo
cubano; 1955 -