Una vida de mujer

En pocos versos vais a saber
desde que nace hasta que muere
toda la vida de una mujer:

Cuna,vacuna, la dentición,
destete, penas, el sarampión.
Cartilla, azotes, la tos ferina,
colegio, exámenes, monjas, doctrina.
Francés, piano, bordar, soñar.
Anemia, hierros, baños de mar.

¡Mujer! Espejo, polvos, descote,
rojo en los labios, muchacha al trote.
Cinematógrafo, misa, paseo,
novio a la vista, tennis, flirteo.
Cartita, un beso, ¡fuego, pasión!
Mentira, engaño, desilusión.
¡Dolor eterno! ¡melancolía!
Consuelo, olvido, ¡qué tontería!
Novio segundo: fox-trot; tercero
tango argentino; cuarto: te quiero;
quinto: ¡alma mía!; sexto: ¡mi encanto!
séptimo, ¡cielo!… ¡te quiero tanto!
¡Yo a ti te adoro! ¡Y yo a ti más!
¿Nunca has amado? ¡Nunca, jamás!
¡Mi vida es tuya! ¡Tu vida es mía!
Pulsera, anillos, la vicaría.
Flor de azahar, blanco velo de encaje,
iglesia, epístola, cambio de traje.
Lunch, despedida, ¡cuánta emoción!
¡Al fin solitos en el vagón!
Mimos, caricias, no…, sí…, rubor,
¡El quinto cielo, el revisor!
Susto. ¿Billetes? ¡Gracias! Se va.
¡Ay qué bochorno! ¿Qué pensará?
Frontera, aduana, Francia, paisaje,
humo. ¿Me quieres? ¡qué dulce viaje!

París: sombreros, Berlín: salchichas,
Venecia: góndolas; ¡oh dicha! ¡oh dicha!
¡Luna de miel! tiendas, museos,
vuelta al hogar, náusea, mareos.
Cansancio, antojos, bebé, bautizo,
¡es tu retrato! Rubio, rollizo.
Noches en claro, niño llorón,
¡crup, toz ferina, indigestión,

Destete. ¿Antojos? ¡un nuevo infante!
Tres, cinco, siete… ¡no hay quién lo aguante!
Compás de espera, marido infiel.
Soledad, llanto, copa de hiel.
¿Morir? ¿Venganza? ¿Buscar consuelo?
Una imprudencia, escena, duelo.
Herida, angustia, lágrimas mil.
Perdón. Abrazos; vuelta al redil.
Los niños crecen, botas, matrículas;
las niñas lucen; novios, películas.
Sport para ellos; para ellas, Real;
hay que casarlas, un dineral.
Apuros, deudas, los hijos lejos.
Ya estamos solos, ya somos viejos.
Cabellos blancos, novenas, tos.
Sermones, asmas, ¡válgame Dios!
Viuda, los nietos, reuma, los lentes,
un loro, un gato medio sin dientes.
Pobre señora. ¡Se acatarró!
Notario, cura, ¡san se acabó!

Gregorio Martínez Sierra
español